La crónica dice que el Milan jugó en San Siro ante el Palermo y se impuso 3-0. La verdad es que el Milan jugó con el Palermo hasta que Pippo marcó el gol del momentáneo 2-0, después de eso fue el único equipo en la cancha. El partido parecía encaminado a goleada, terminó siendo entrenamiento. No lo digo con ánimos de despreciar al contrario, ya que por el Palermo siento auténtica simpatía. En todo caso lo digo porque me gustan los partidos reñidos, y este, huelga repetirlo, no lo fue.
El encuentro, además de sellar otra victoria holgada del Milan, dio algunas señales muy interesantes. Entre todas quiero destacar el buen hacer de Kaká, quien luce encaminado a recobrar su mejor forma. Si no digo nada de Pippo es porque de Pippo ya no encuentro qué decir. No jugó un gran partido pero volvió a marcar.
El empate entre Juve y Reggina y la derrota del Inter ante el Napoli nos colocan a +2 de los blanquinegros y a -7 de los negriazules. La actual situación, aunque nos consigue en buen momento de fútbol y resultados, no deja de causarme molestia y pesar. Por todos los puntos que perdimos tontamente, por las lesiones que sufrimos, por los muchos errores que cometimos a lo largo de la temporada. Sin embargo, de nada sirve volver la mirada atrás. Mejor miramos hacia las cinco jornadas que nos quedan por disputar para esperar que el Milan siga por el camino que lleva trazado este final de temporada. Seguir y soñar es lo que quiero. Seguir y soñar. FORZA MILAN!